Claro, Lo onírico, porque pienso que ése es el fin y el principio de todo. Todo acaba o empieza en un sueño. Todo es sueño. Y si me pongo a cavilar acerca de algo, no hago otra cosa que soñar. Ahora por ejemplo, mientras escribo, siento que al escribir me estoy soñando, me sueño.
El hecho de que pasemos un tercio de nuestra vida dormidos, es decir soñando que soñamos, no hace sino iluminar lo demás, el resto: dos tercios de nuestra vida los pasamos soñando que vivimos.
Entonces, lo onírico.
Y qué es un escritor sino un soñador culposo, que intenta furiosamente ordenar los fragmentos de su sueño, exorcisarlos, limpiarlos con palabras que restallen a la luz inusual de la belleza?
Lo onírico, entonces.
Pienso escribir sobre eso cada tanto.
Vamos a ver qué pasa.
jueves, 30 de agosto de 2007
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